Este viernes 17 de mayo a las 19.30 horas en las instalaciones del colegio se desarrolló el acto oficial por el 75 aniversario.
El cuerpo directivo de la escuela estuvo acompañado por autoridades políticas y educativas, referenciadas en el intendente municipal, Claudio Rossi y el director general de escuelas de la Provincia, Gabriel Sánchez Zinny.
Una gran alegría haber sido parte de la celebración del 75° aniversario de la Escuela Normal Superior de #Rojas, donde asisten 1970 alumnos de todos los niveles educativos. ¡Gracias por la invitación y por su compromiso con la educación del distrito! pic.twitter.com/iIdQCv7sDa
— Gabriel Sánchez Zinny (@gzinny) 17 de mayo de 2019
Resulta francamente difícil encontrar palabras que por sí solas puedan transmitir las sensaciones de la mayoría de los presentes, algunos de los cuales regresaban a la institución luego de varias décadas.
Las distintas generaciones estuvieron enlazadas por un mismo sentimiento que inevitablemente generaba emoción a medida que se iba cumpliendo el programa del acto, con reconocimientos varios.
Grandes reencuentros y sentidos recuerdos de quienes ya no están físicamente fueron también denominadores comunes de la noche.
Quienes conocemos algo de su historia, podríamos completar varias páginas hablando de profesores que conocimos por propias vivencias y por lo que nos han contado nuestros mayores.
Anécdotas, apodos, aromas, ilusiones, alegrías, tristezas, lealtades, respeto, rebeldía, son algunas de las palabras que chocan entre tantas otras al revivir los tiempos de estudiantes del secundario.
En esta institución hay nombres que no necesitan de placas recordatorias para vivir en la memoria de cada uno de los alumnos que pasaron por sus aulas: Lucio, Amílcar, Yolanda, Delia, Elsa, Pepe, Juana, Liliana, Mary, Federico, Analía, más Berta, Lorenzo, Mario, Rene, Negra, Techi, Chicha, Basilio, Lilia, y así podríamos seguir a riesgo de resultar injustos por no nombrar a muchos más que han dejado su huella en el alma de cada estudiante.
Y disculpen si para cerrar nos tomamos la licencia de resaltar una ausencia sentida por varios de los presentes; puesto que si había una persona que se merecía estar ahí, esa era Mabel Fauda, la querida Kechu que seguramente desde la secretaría estuvo atenta a cada detalle del acto.
¡Estudiantes! Alcemos la bandera
que ilustraron los próceres de ayer,
y florezca a sus pies la primavera
del amor renovado en nuestro ser.
¡Y echen a vuelo el nombre de estudiantes
en bronces de romántica emoción
los que lo son, los que lo fueron antes
los que, por suerte, tienen de estudiantes
para toda la vida el corazón!
