Los cuestionamientos de una trabajadora del Hospital abarcan desde lo salarial hasta la falta de obras  e insumos en el principal efector de salud de nuestra ciudad.

Esta trabajadora comienza la crítica contra la decisión de nombrar en los puestos directivos de mayor rango a profesionales de otras ciudades.

Pero es tan amplia la cantidad de observaciones que efectúa, que van desde la queja por la miseria del sueldo, hasta la denuncia de amenazas de despido a quienes concreten medidas de fuerza.

Y resulta realmente alarmante la acusación de falta de insumos que van desde la denominada chata para orinar,  hasta colchones y sabanas.

Ante semejantes revelaciones es de esperar una respuesta oficial de las autoridades de  salud, e imaginamos que la denunciante no sufrirá ningún inconveniente en su lugar de trabajo, por  padecer  esta especie de catarsis y desahogarse de una situación que, evidentemente surge de sus palabras, la tiene sumamente angustiada.