Hace unos días, en una recorrida por el microcentro, este portal constató lo que un lector nos alertaba: la falta de árboles en varias aceras de la ciudad, una cuestión que adolecemos los rojenses todos porque cualquiera saca un árbol sin reponerlo, y en muchas ocasiones sin permiso.

Esta cruda realidad viene de hace bastante tiempo, ya que los ejemplares no fueron extraídos ni siquiera el año pasado. Las veredas arregladas no tienen lugar para la plantación, es decir que los propietarios no contemplaron amigarse con la naturaleza.

Sabido es que nuestra ciudad tiene veredas angostas y que en muchas situaciones los árboles arremeten con todo destrozando el camino para el tránsito peatonal, pero también es cierto que hay especies que bien pueden estar en una acera, frente a una vivienda o local.

Es por ese motivo que advertimos que se debe realizar en forma urgente una campaña de forestación y reforestación para salvar esta realidad. Los árboles nos proveen el oxígeno, la sombra, el cobijo a las aves, factor fundamental para el equilibrio biológico y algunas especies de plantas son bactericidas.

Para ello es necesario contar con el Consejo Municipal del Arbolado Público, un ente que no es convocado desde hace décadas, ya que tanto el Departamento Ejecutivo y el Concejo Deliberante no se ponen de acuerdo en quién debe iniciar el llamado para conformarlo.

Por otro lado el Municipio continúa con las tareas de poda del arbolado urbano a través del área de Parques y Paseos, la cual tiene desde hace un par de meses a dos jefes a cargo: Oscar Boveri y la paisajista Marian Solveyra, quien se desempeñó durante cuatro años en la jefatura en la gestión anterior.

Las cuadrillas están abocadas a corregir, a tareas de refaldado, despeje de luminarias y acomodamiento de las especies del barrio Centro en la época ideal para podar los árboles.

En esta ocasión nos alejamos del microcentro y fuimos cerca de la Avenida San Martín, más precisamente a la calle Fernando de Rojas, donde se ubica el Molino Cabodi. En esa zona hay varias cuadras sin árboles, incluso en el frente de viviendas particulares. Es una cultura que hay que comenzar a revertir.