Las detenciones se habrían concretado, según ellos dicen, luego que fueran llevados a la Comisaría para realizar una declaración testimonial, enterándose una vez que estaban ahí, que quedaban detenidos.

Según el relato de sus familiares, la mayoría de ellos se encontraban en ese lugar, más precisamente sobre calle Pellegrini, sólo observando la situación y porque se domicilian en la zona. Se acercaron por el gran movimiento de patrulleros y personas. Luego de unos momentos, efectivos policiales les solicitaron que se retiraran y, en cuando lo estaban haciendo, manifiestan que una oficial a cargo supuestamente del operativo, ordenó que debían ser llevados a la sede policial para prestar esta declaración testimonial que ya se mencionó.

Cuentan que algunos de ellos se trasladaron en sus propios vehículos a la Comisaría, con el convencimiento que les tomarían testimonio y regresarían a sus domicilios.

Cuando sus familiares tomaron nota de la demora en volver, se llegaron hasta la Comisaría, siendo informados que finalmente habían quedado detenidos e incomunicados. Ante esto solicitaron reiteradamente ser recibidos por la autoridad policial, reunión que se concretaría luego de unas horas de permanecer allí aguardando novedades.

Relatan que en esas instancias se hizo presente Ramiro Baguear de la Defensoría del Pueblo, para interesarse por su situación. A quien le indicaron que la orden de detención había sido telefónica.

De los 11 detenidos, el martes por la noche fue liberado un hombre de 74 años, quien tendría una patología cardíaca informada por su familia, por lo cual se supone que esta fue la causa de la liberación, puesto que no hubo un informe oficial en este caso en particular.

Y de los 10 restantes, 8 eran hombres, entre ellos dos menores y, dos mujeres.

Las mujeres son las que habrían sufrido más, estas horas detenidas, ya que según indican, por falta de un espacio adecuado en la Comisaría de Rojas, se las traslado, primero a Pergamino y posteriormente a San Nicolás, pasando la noche en un pasillo.

Exceptuando este episodio, en este sentido y, más allá de las quejas por esta detención que consideran injusta, los mismos familiares reconocen que el trato a quienes permanecieron alojados en Rojas fue bueno.

Mientras transcurrían estas horas angustiantes para estos familiares, también nos dicen que, en su desesperación por lograr su pronta liberación, se llegaron al domicilio del ingeniero Quinteiro, señalado oficialmente como el ciudadano que presento la demanda judicial para obtener el desalojo, quien les habría negado ser el autor de esa denuncia y que su única intervención fue trasladarse hasta la zona del conflicto, llevado por tres agentes policiales femeninas que lo buscaron en su casa, para que observe lo que ocurría en ese predio y firmara unas actas testimoniales. Y también les manifestó que desde el Municipio tomaron contacto con él para hacerle un ofrecimiento por los terrenos.

Finalmente el jueves 28 de junio por la mañana fueron llevados a declarar a Junín, para luego ser liberados. Quienes aún no completaron este trámite judicial, serian el vecino de 74 años, liberado el martes 28 de junio por la noche y los dos menores de edad.

Su preocupación radica en que sus quejas no sean atendidas y culminen condenados por algo que, ellos reiteran enfáticamente, no hicieron.

Están asesorándose legalmente para presentar formalmente la denuncia por considerar que fueron detenidos indebidamente. Como asimismo para solicitar medidas de protección ante algunas amenazas recibidas de parte de la misma oficial que los habría llevado engañados a la Comisaría, para luego dejarlos detenidos.

En definitiva son demasiadas circunstancias irregulares que deberían aclararse rápidamente, mientras la ocupación continúa sin que se pueda vislumbrar una salida por el momento.

Como ya dijimos en notas anteriores, es la realidad que vive una gran parte de la sociedad que también sacude a nuestra ciudad y, para la cual los gobernantes no parecen tener solución.