Y desde algunos sectores se cuestionó este tipo de eventos, por entender que causan mayores perjuicios que beneficios a la actividad comercial de la ciudad.
Lo concreto es que la concurrencia fue importante, quizás no a niveles de las visitas del 2018, pero la respuesta de la mayoría sigue siendo positiva.
En la noche del domingo 31 de marzo fue la última jornada y durante la madrugada desarmaron los puestos, dejando la polémica instalada entre nuestra comunidad.
Esta situación como otros temas importantes para el presente y el futuro de Rojas, se deberían debatir con seriedad, sentido común y sin miserias políticas que hagan prevalecer ambiciones personales por sobre el verdadero interés y bienestar general de la población.