Hace una semana, Cristina Tavella, hermana de la víctima del asesinato cometido por el actual funcionario del Gobierno municipal del ingeniero Claudio Rossi, Alberto del Solar Dorrego, recibió la visita de la secretaria de Promoción Social, Nora Calderone.

La funcionaria dejó por un rato sus confortables oficinas del Madero Gear Center para caminar media cuadra hasta la vivienda de la señora Tavella en calle Saavedra.

No fue un acto de cortesía de su parte, más bien todo lo contrario. Quería saber los motivos por los cuales en estos días volvió a contactarse con la prensa, en este caso este portal, para manifestar su malestar por la presencia de Del Solar en el Gabinete municipal. Y si quien estaba detrás de ella, consultarle si la había visitado Gustavo Vignali, o alguien de parte de Martin Caso. Dejando en evidencia en sus palabras que detesta al diputado provincial de su propio partido.

A cambio de que se mantenga en silencio, le ofreció una ayuda con mercadería una vez por semana, y también todos los remedios que necesite. Pero le remarcaba que no hablara más del tema. Y si no aceptaba no se hacía responsable de cualquier problema que le podría ocurrir a ella y su familia. También estaba molesta por un rumor que según ella difundió la señora Tavella, sobre su vida privada de pareja, que no creemos correcto divulgarlo en esta oportunidad.

Como respuesta final, Cristina Tavella, que no podía creer lo que escuchaba de boca de una funcionaria pública, le manifestó que “ella no se llamaba una bolsa de mercadería”, y que no iba a dejar que con el nombramiento de Del Solar en el gabinete pisotearan la memoria de su hermano.

De todo esto fue testigo una persona que visita asiduamente a esta señora, siempre preocupado por su salud, atento los padecimientos sufridos desde la muerte de su hermano. Y que justo se encontraba de visita en su domicilio, y paradójicamente es simpatizante de la UCR.

Sin palabras, es un hecho que se repite, ya lo hizo en Barrio Santa Teresa en ocasión de visitar a los damnificados por la inundación y negar ayuda por el hecho de que habían sido visitados previamente por el diputado Vignali.

Ay Norita Norita, quien lo diría con esa carita.