Resulta una actitud incomprensible e insensata, sin entrar en un análisis de cierta inhumanidad que también le podría caber.

Ya que por un eventual ahorro en la economía del nosocomio de alrededor de 2 mil pesos que saldría esta vacuna, se le está negando el derecho a la salud a una paciente, cuya patología ya la está llevando a tener que tratarse y operarse en el efector público de la vecina ciudad de Junín, por no estar el nuestro a la altura que la circunstancia de su enfermedad requiere.

Y precisamente como medida indispensable de profilaxis previa a la intervención quirúrgica necesitaba inyectarse este medicamento tan común e indispensable en las farmacias de los Hospitales Públicos.

En Junín ya le garantizaron que ellos se la colocaran, para que no se preocupe por estas cuestiones administrativas, y se concentre solo en la operación que resultará compleja por el tipo de cáncer que la afecta.

Para finalizar, dejaremos una crítica que no solo le cabe a la actual gestión, sino a toda la comunidad que se dedica a la actividad política en nuestro distrito.

Lo que vamos a narrar, lamentablemente son hechos que ya se han vuelto comunes en las etapas eleccionarias y se han arraigado tanto que nadie los denuncia ni rechaza.

En esos momentos para conseguir votos todos los actores políticos y una buena parte de los vecinos se despojan de la poca o mucha dignidad que pudieron alguna vez tener y, buscan obtener algún mísero beneficio personal con el dinero como moneda de cambio.

Esto sucedió en este caso, donde los candidatos del oficialismo en uno de sus mediáticos timbreos pasaron por el hogar de esta paciente y al ofrecerle directamente una ayuda económica a cambio del voto, ella privilegió su dramático estado de salud, y solicitó aud le cubran los gastos de un viaje a Junín para un estudio que se debía realizar por su enfermedad. Así lo hicieron, no a través del Hospital o de Acción Social, sino con la intervención de los buitres punteros que manejan plata indiscriminadamente.

Es decir que queda absolutamente claro que el dinero que existió en esos días previos a las votaciones legislativas, es el que falta ahora para brindar estos servicios esenciales.