¿Cuál es el juego?

Política de Junín: una "opo" liviana que no aporta a la democracia

Petrecca sólo teme de la propia tropa y no de la oposición (hasta ahora), que muestra su costado más light.
Petrecca sólo teme de la propia tropa y no de la oposición (hasta ahora), que muestra su costado más light.

El Semanario de Junín sostiene que cada noche, Pablo Petrecca, además de preguntarse  qué puede hacer para mejorar la vida del vecino –tal como él mismo lo asegura- seguramente se muestre sorprendido de saberse intendente, algo que tal vez nunca imaginó y lo que es seguro, para lo que nunca se preparó, aunque afirme todo lo contrario.

Pero al fin y al cabo, fueron sus opositores de ayer y de hoy quienes lo pusieron en ese sitial que si bien le queda grande, le corresponde.

Y en medio de una gestión pobre, con un acompañamiento económico caótico por parte de sus superiores de Provincia y Nación, se anima -aunque con cautela- a considerarse próximo candidato (y reelecto).

Paradójicamente, sólo teme de la propia tropa y no de la oposición (hasta ahora), que muestra su costado más light, como si se tratara de un yogur poco gustoso.

¿Cuál es el juego opositor en nuestra tierra?

Tal vez tenga razón el pastor evangélico Marcelo Reichenshammer, quien en una entrevista con Semanario, al referirse a la sociedad juninense, señalaba que “es muy conservadora pero con un gran problema, que son las divisiones en todas la áreas”.

Quizás allí resida la explicación para esta “oposición” que ha terminado en muchos casos favoreciendo una gestión municipal que tiene muy poco para favorecerse.

Si intentamos saber qué es la oposición política, podemos decir que hay numerosas y diferentes definiciones de ella.

Algunas hacen hincapié en el carácter de conflicto inherente a la misma, pero todas coinciden en señalar que la oposición política se refiere a un esfuerzo consciente de evitar que aquellos que ostentan el poder lo ejerzan de forma monopólica.

Para algunos politólogos, la oposición política es una condición que asumen ciertos actores cuando están en desacuerdo con la marcha de un gobierno y, en consecuencia, dirigen sus acciones y energías en aras de lograr reemplazarlo en el poder.

La protesta del martes 25 de septiembre, que llenó la Plaza 25 de Mayo de trabajadores, pareció el puntapié inicial para lograr una sinergia que permitiera crear un polo de oposición por fuera de los partidos políticos haciendo foco en la defensa de las fuentes de trabajo.

Sin embargo, aquella efervescencia terminó por perder la fuerza y hasta ahora no ha habido más manifestaciones similares y en el plano local, no han habido demasiados avances intergremiales, primando por sobre la crisis, los intereses personales y los egos exaltados.

Partidos y concejales

Poco agregan los partidos políticos a la tarea opositora, por el contrario: en lugar de buscar consensos hacia adentro poniendo el foco en el partido gobernante, en forma inexplicable hacen todo lo contrario.

De hecho, esta semana el bloque de concejales de Unidad Ciudadana Junín repudió la autorización que obtuvo la gobernadora Vidal para endeudar a la provincia de Buenos Aires y “deploró el voto favorable de algunas fuerzas que se presentan como opositoras y que fue definitorio para darle vía libre a esta verdadera hipoteca que pesará sobre las futuras generaciones de bonaerenses”.

“Sobre cinco legisladores oriundos de nuestra ciudad, cuatro votaron por el oficialismo. ¿Qué beneficio para Junín habrán obtenido a cambio de esta decisión?”, se preguntaron.

Y la respuesta es sencilla si entendemos que los legisladores son la diputada Laura Ricchini y el senador Juan Fiorini, ambos de Cambiemos y por demás obedientes a sus jefes políticos; Valeria Arata, del Frente Renovador de Sergio Massa que votó a favor del endeudamiento y en contra del presupuesto, al igual que Rocío Giaccone, aliada en bloque nuevo con Ottavis.

Sólo Gustavo Traverso, el único que queda “puro” de Unidad Ciudadana, votó por la negativa en todo en el Senado. Y Petrecca sólo teme de la propia tropa.

¿Valía la pena ventilar los trapitos internos para dejar al descubierto la maniobra de Giaccone para darle –tal vez- mayor entidad a la precandidatura peronista de Vicky Muffarotto?

¿O se trató de un pase de factura por las conversaciones internas que vienen manteniendo distintas fuerzas políticas locales que planean concretar un frente amplio, con radicales incluidos, que deje sin chances a Petrecca?

Tanto en uno como en otro sentido, no queda muy en claro cuál es el juego de la oposición en nuestro medio, que parece estar más cerca del conventillo que de la gloria.

Un Concejo sin ideas

Del mismo modo, la oposición en el Concejo Deliberante se muestra dividida y sin ganas. Tanto los ediles del Frente Renovador, liderados por Carolina Echeverría, como los de Unidad Ciudadana, con Rodolfo Bertone al frente, dan cuenta de su apatía.

Tal vez es por estar en permanente minoría a sabiendas de que Cambiemos, apoyado por la ductilidad de Andrés Rosa y su monobloque siempre aprobarán lo que llegue desde el Ejecutivo, sin hablar, sin leer, sin debatir.

Sin embargo, en los regímenes democráticos, la oposición política no se limita a expresar la diferencia o una alternativa al gobierno de turno, sino que también tiene funciones de gobierno que cumplir.

Es la oposición la que ejerce el control de los actos de Gobierno y tiene una influencia sostenida sobre el proceso de toma de decisiones gubernamentales y elaboración de políticas públicas, merced a los instrumentos institucionales que le otorga el marco normativo y principalmente desde el Concejo Deliberante.

Pero es cierto que ese poder opositor ha quedado relegado a un conjunto de chicanas por lo que el Concejo Deliberante, como principal órgano representativo de los vecinos, ha pasado a un segundo plano jugando a favor de Petrecca que lo termina manejando a su antojo, tal como lo hace con la gestión municipal.

Todo se transforma en un cúmulo de problemas que parecen agigantarse ante la tibieza de la oposición que no se ocupa de lo que realmente debiera hacer

Como muestra de ello, vemos el irregular manejo que hace de la presentación del presupuesto 2019, las contrataciones directas y otras sospechadas de amiguismo, la compra de combustible al precio más caro de todo el país, el aumento de tasas y la escasa contraprestación de las mismas, los números poco transparentes que debieran estar online para los concejales y no lo están.

La misma página web del Concejo Deliberante de Junín causa vergüenza ajena, tal como ya lo señalamos en otras oportunidades, “tirada” en internet, sin actualizarse a punto tal que allí sigue siendo Patricio Fay el presidente del cuerpo deliberativo. Una muestra más de la abulia que envuelve al Concejo de Junín.

Todo se transforma en un cúmulo de problemas que parecen agigantarse ante la tibieza de la oposición que no se ocupa de lo que realmente debiera hacer.

Todos para nada

Oposición que –como decíamos- no sólo incluye a los partidos políticos ya que es importante tener presente que existe también una oposición política extraparlamentaria, es decir, aquella que se desenvuelve en ámbitos externos al Poder legislativo o deliberativo, como por ejemplo, en la calle, en las entidades intermedias, en las organizaciones no gubernamentales.

Existen múltiples formas de oposición extraparlamentaria, llevada a cabo por los propios partidos políticos, por los sindicatos, diversos grupos de presión, los medios masivos de comunicación que no fueron acallados por la pauta publicitaria y los movimientos sociales de contestatarios.

Eso también es democracia, y lo que muchos en Junín estamos esperando. Quienes deben liderar los reclamos ante la crisis económica y social, se enredan en peleas intestinas.

Comentarios