Bandidos rurales- Capítulo II

Sembradíos en campos ajenos: Finalmente fueron vendidas las tierras en cuestión

Imagen ilustrativa.
Imagen ilustrativa.

Una semana después que la noticia del productor rural que se “confundió” y sembró soja en un campo que no era de su propiedad, trascendió en los medios de la región; se conoce ahora  la operación de venta del mismo.

El propietario decidió aceptar el ofrecimiento de un inversor de Junín a un precio mínimamente inferior al que indicaría el mercado.

No obstante ello, concreto igualmente la venta, afectado por la situación que le toco pasar con el productor rojense que le sembró el campo sin permiso y que solo se lo reconoció una vez que ya estaba hecha la denuncia.

Este punto es clave para entender la prosecución de la instancia penal, aunque ambas partes arribaron a un acuerdo. Esto es así puesto que una vez que interviene el Ministerio Público (Fiscalía) el privado ya no puede frenar el sumario o el proceso penal, con su desistimiento.

La causa tramita ante UFIyJ Nº 3 de Junín.

El damnificado, identificado como Daniel Capurro se sintió doblemente impactado por el ilícito, por un lado en la parte económica que ya se zanjó y, por el otro en su integridad como persona de bien al tomar nota que quien le “había robado”  es un reconocido ciudadano de Rojas que tiene una alta exposición como principal dirigente de una de las instituciones de bien público más arraigadas en nuestra comunidad por el servicio y las oportunidades de inclusión que brindan desde allí a personas con capacidades diferentes.

Como ya manifestamos en la publicación anterior, se trata claramente de un caso que se encuadra en la llamada “doble moral” que exhiben algunos ciudadanos de la “alta suciedad” de nuestra ciudad que, como en este caso suelen integrar comisiones de entidades de bien público arraigadas en nuestra comunidad.

El productor “confundido” posee un título universitario relacionado con la actividad rural y su esposa pertenece también a una tradicional familia con grandes extensiones de campo.

Por razones particulares, se habría mudado hace un tiempo a la vecina ciudad de Pergamino, no obstante continuar desarrollando sus actividades agropecuarias, profesionales y comerciales en nuestra localidad.

Este buen hombre supo estar relacionado con los “portales” de comunicación de Rojas y, desde ese lugar más de una vez y parado en su pedestal de intachable moral, nos señaló como “amarillistas”, color que, viendo hoy cuál es su verdadera conducta social, lo tomamos como un elogio, ya que  amarillo es el sol que todo lo ilumina, y que tanto contribuye al crecimiento de los sembrados que le han permitido manejarse de esta manera oscura, tan oscura como su conciencia.

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