A confesión de parte, relevo de prueba

Lo confieso: soy puto, violador, pedófilo y asesino reprimido (entre otras perlitas)

Por Mario Casalongue

Terrible bolonki se armó con al artículo referido al Encuentro Nacional de Mujeres que se produjo en la Capital bonaerense, por el cual la Fiscalía Penal, Contravencional y de Faltas Nº 10 de la Ciudad de Buenos Aires me imputó por "discriminación", por ser el Director de Agencia NOVA y permitir que se publique la nota en cuestión.

Ese organismo judicial está a cargo de Genoveva Cardinallli (la pucha, hay que llamarse Genoveva, yo que ella le inicio acciones legales a quien la bautizó con tamaño nombre, añamenbuy).

El artículo periodístico vituperado se titulaba: “Incogibles hicieron un tetazo en el Encuentro Nacional de Mujeres: No les queda otra que hacerse lesbianas”, (ver https://www.agencianova.com/nota.asp?n=2019_10_13&id=78943&id_tiponota=11) donde unas impresentables (¿mujeres?) exhibieron sus torsos desnudos, y sí, señores y señoras, las muchachas que quisieron llamar la atención están lejos de ser divas de Hollywood, y algunas de ellas bien harían en llevar una carretilla para trasladar sus tetas, cuyos pezones por poco rozan el piso.

Lo de incogibles fue mitad humor y mitad verdad, querides amigues. Si se meten en el link de la nota y ven la foto, y alguno logra sostener una erección con semejante imagen, le pago una parrillada completa en Puerto Madero o donde diga y le doy un premio al mejor bagayero de la historia. Lo prometo y lo sostengo.

En ese marco, no fueron pocas las feministas periodistas que en twitter me dijeron de todo, menos lindo (que está claro que no lo soy, yo también entro en la categoría de incogigle).

Una de ellas, con media cabeza rapada y de novia con una piba más fiera que pisar mierda descalzo, me dijo tras una serie de insultos: ¿quién va a querer coger con vos?, y es verdad. Si no fuera porque dirijo varios portales de noticias y tengo algo de chamuyo, muero virgen. Tiene toda la razón del mundo.

Otra, una tal Josefina a la que tuve que rajar de NOVA por incapaz, también desplegó toda su finura sobre mí defendiendo a los pañuelitos verdes.

Le contesté que me sorprendió en ella semejante cambio, ya que me repugnaba cuando iba a la oficina de mi empresa con un pañuelito yanqui colgado al cuello, una remera británica (una provocación para nuestros héroes de Malvinas) y pasaba más tiempo en Estados Unidos (país al que admiraba) que en la Argentina.

Pero lo que más me llamó la atención, es que señoras de pensamiento pseudo progresista me trasladaron vía Facebook que “pasa que vos sos un homofóbico, y todo el que se escuda detrás de esa ideología es un homosexual reprimido”.

A una señora de cinco décadas, precisamente de mi misma edad, le dije que sí, que tiene razón, que homo en latín es hombre y que la fobia es una especie de rechazo a algo.

Y si, madame, tal cual, le tengo rechazo a los hombres, porque me parece que la mujer es lo más bonito que Dios creó en la Tierra, suponiendo que no haya vida en otros planetas.

Las que trabajan de sol a sol, las que crían solteras a sus hijos y no los asesinan en su vientre, las que dirigen empresas, las que paren criaturas, las que se bancan el sangrado de varios días al mes, las que comandan merenderos y comedores, las que sufren por un amor perdido, las que enviudan y tienen que mantener solas a sus hijos (como mi vieja), esas, justamente esas son las más bellas del universo.

Otra piba de mi pueblo, (Rojas, provincia de Buenos Aires, donde se hacen los mejores chacinados) me trató de gay reprimido con la misma perorata de siempre: mi supuesto odio a homosexuales, lesbianas y bisexuales, que aclaro: Ricky, La Maru, Agustina Brisel, la Rubia Peronista y otra gente a la que adoro saben que tal antipatía no existe.

Sí me molesta, como a muchos, las excesivas demostraciones de cariño en la vía pública en la presencia de menores de edad. Pero eso me pasa tanto con las parejas homosexuales como heterosexuales.

Y si supuestamente por ser homofóbico soy un puto reprimido, siguiendo esa lógica, entonces soy un violador reprimido, ya que pido castración o cárcel por toda la eternidad para los violadores, soy un pedófilo reprimido porque mataría a quien se proponga dañar sexualmente a un o una menor de edad o a un bebé, y soy un asesino reprimido, porque creo que Dios o la naturaleza son los encargados de quitar la vida a alguien.

También soy un borracho reprimido, porque odio que me tiren en una fiesta una copa de vino encima y me hablen con tono inentendible, soy un drogadicto reprimido porque no soporto que se falopeen delante mío, y soy un fumador reprimido porque nada me causa más bronca que me larguen el humo en la cara.

Ah, y también, siguiendo esa dialética insólita, soy un fracasado reprimido, porque todo lo que emprendo es exitoso, desde un Multimedios de Noticias, una editorial, una Agencia de Modelos, o lo que se me antoje armar.

No como usted, Vilma Ripoll, que me denuncia por discriminación y se hace la zurda progresista, poseyendo en su haber varias tarjetas de crédito (en los Bancos Provincia y Supervielle), y compra pilchas en Falabella y otras tiendas mucho más caras.

Tengo la mala suerte de ser exitoso, doña Vilma. Distinto a usted, que se pasea por todos los canales de televisión gritando como desaforada, pero en una elección saca dos votos.

Feminazis, izquierdosas, pseudo progresistas. Dejen el odio a primera vista y el resentimiento de lado. La vida es una sola y estamos de turistas. Uno elige si viajar en primera fila o en la bodega  del avión en medio de las maletas y valijas.

Les mando un saludo grande y un consejo final: pónganse a trabajar en lugar de tanta marcha, encuentro y piquete. Conozco chicas que sostienen un hogar en el Chaco vendiendo empanadas casa por casa.

Sean femeninas, agradables, no cometan la vulgaridad de mostrar las tetas ni tirar bosta contra las catedrales. Les aseguro que no representan a nadie, y que con esas formas son más incogibles que Zulma Lobato.

Va con onda. Gracias.

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