Desde el momento en que se anunció esta nueva edición, comenzaron a escucharse algunos cuestionamientos de parte de comerciantes y políticos de la oposición local.
Más allá de estos planteamientos, lo concreto es que se está llevando a cabo otra feria, cuyo análisis en cuanto a la respuesta de la comunidad en esta oportunidad, se podrá hacer luego de esta última jornada.
Debería primar el sentido común y no ser absolutista en cuanto a si se debe permitir o negar la feria. Con la experiencia acumulada de todas las visitas, se podrían estudiar acciones que habiliten mejoras que tengan presentes los intereses de todas las partes para las próximas ediciones.
Y quizás algo de la energía que algunos sectores políticos vuelcan en las críticas, la podrían usar para acompañar las ferias locales del Mercadito-FeriArte y a la gran cantidad de emprendedores que buscan un lugar para ofrecer sus productos.