Se cuenta la historia de una tradicional y opulenta familia europea que hace muchos años iba a bautizar a una criatura en la gran sala de su enorme mansión. Muchos huéspedes habían sido invitados al hogar para esta ocasión, y todos llegaron vestidos a la última moda. A medida que se iban quitando sus abrigos, tapados y sobretodos, éstas eran llevadas arriba y echadas sobre una cama en uno de los dormitorios del segundo piso.
Después de largo rato de conversación y la conmoción de la llegada de los huéspedes, todo el mundo se preparó para la ceremonia del bautismo de la criatura. Pero de repente alguien preguntó muy oportunamente y para sorpresa de todos:-“¿Dónde está el bebé?”. La nodriza que lo cuidaba, miró por todos lados y regresó alarmada con el rostro pintado de desesperación. ¡No se encontraba el bebé por ninguna parte!
Después de buscarlo por algunos minutos, alguien recordó que la última vez que había visto al pequeño estaba acostado sobre una de las camas. Después de una desesperada búsqueda, el pequeño cuerpito de la criatura, fue encontrado nada menos que debajo de las ropas que habían echado sobre las camas los huéspedes. ¡La causa principal que los había traído a la mansión, había sido olvidada y descuidada y por poco destruida!
Al caminar por la calle es estos días navideños, me hago la pregunta:¿Esto es la Navidad? ¿Dónde está el Niño cuyo cumpleaños supuestamente celebramos el 25 de diciembre? Todo el ruido, la música, las compras de regalos, las decoraciones ¿para esto celebramos la Navidad? Toda la propaganda de alcohol preparada especialmente para estos días, ¿tal es el propósito de la Navidad?
Hay dos Navidades. Una es la Navidad del amor, la alegría, la esperanza, la reconciliación, la paz, la adoración de Aquél cuyo cumpleaños celebramos, Jesús. La otra navidad es la de la comercialización y los excesos peligrosos que atentan contra la vida.
Nosotros también estamos olvidando y casi destruyendo, por así decirlo, al Niño cuya fiesta en estos días pretendemos celebrar. Jesús no está en muchas de nuestras fiestas navideñas. Pero desea estar, para traer amor, paz, reconciliación. Tengo una gran noticia para darle. Esta noticia fue proclamada durante veinte siglos a todos los pueblos y en todos los idiomas. Diferente de la mayoría de las noticias de hoy, esta noticia es un mensaje de paz, alegría y esperanza que no sería publicada en ningún periódico ni noticiero... Dios envío a Jesús almundo para cambiar el corazón del ser humano y darle un sentido a la vida.
Millones de personas han experimentado el poder de Dios después de oír esta noticia y creer su mensaje, arrepentirse de sus pecados y aceptar a Jesús como su Salvador. Sólo Él puede librarle de la ansiedad y de la preocupación en la que usted está sumergido hoy. Jesús puede quitar del corazón toda tristeza y amargura, y poner en su interior paz y alegría porque no hay nada imposible para Dios.
Esta Navidad puede ser distinta, puede ser la más maravillosa que hayas conocido, si usted permite que Jesús entre en su vida y cambie su historia.