Mientras que por un lado el Gobierno municipal invirtió dinero y tiempo en arreglar el caño del tanque de agua, entre otras cosas, para que no continúen sus pérdidas y, evitar el derroche de tan vital elemento, por el otro, no les ha trasmitido a las demás áreas un claro concepto de su cuidado.
Como mal ejemplo, bastan dos: primero en el corralón, donde el caño de descarga al camión regador está continuamente liberando agua que deriva hacia la calle y por lo cual existen reiteradas quejas de vecinos, una en especial, pues se le estanca frente a su domicilio, generándole muchos inconvenientes en la rutina diaria, teniendo presente la presencia de una niña con discapacidad en la familia.
Y segundo, en la Comisaría, donde todas las madrugadas lavan los patrulleros, en algunas oportunidades sin necesidad alguna, puesto que han estado estacionados frente a la Seccional toda la noche. Pero la cuestión del derroche viene cuando finalizan esta tarea, alrededor de las 6 y se retiran, dejando abierta la canilla hasta aproximadamente las 8.
Como también la falta de control sobre la utilización por parte de los vecinos para distintos usos y abusos, ya que resulta común ver en nuestras calles como fluye el agua por los cordones. Basta con hacer una recorrida temprano a la mañana, y comprobar donde se originan estos excesos.
Pero para eso el principal ejemplo debe venir de las autoridades. Y en estos momentos hacen agua por varios frentes.