Con cada gota de lluvia se va agregando una reja imaginaria que los mantiene, a estos ciudadanos, detenidos en su propia casa, salvo que dispongan de un vehículo preparado para correr el rally Dakar.

Así lo continúan denunciando estos días, en los que observan como desde 20 de Diciembre hacia Pellegrini se están llevando a cabo obras que se supone también los beneficiaran a futuro.

Esta situación se agrava en la intersección de esta calle Azara con Liniers y Guillespie, a las que hoy por la mañana se hacía casi imposible acceder para obtener un registro fotográfico, salvo que se dispusiera de un dron.

Pero mientras tanto, su presente requiere a gritos una concreta intervención de las autoridades para que su calidad de vida no siga descendiendo hacia un abismo que parece no encontrar un punto final.