La sociedad de Rojas está presenciando un gran incremento de violencia nocturna en la juventud, alrededor de los boliches y lugares de esparcimiento, desde donde muchos salen con una fuerte dosis de alcohol y drogas.
Las peleas entre grupos y bandas parece ser la noticia de cada fin de semana sin un viso de control por parte de las autoridades, ni de los familiares directos de quienes protagonizan las escaramuzas.
Se está naturalizando la riña callejera en una juventud cada vez más descontrolada. Más que las autoridades, son las familias las que deben tomar cartas en el asunto para descomprimir la situación.
Deben saber dónde están sus hijos, qué hacen y qué consumen. Hay que controlar esta escalada de violencia que hace estragos en la juventud.
Los boliches deben ser conscientes también de que no pueden vender alcohol a menores, cosa que sucede y tampoco deben seguir vendiendo a quienes ya no pueden estar en pie. La responsabilidad nocturna es de todas las partes: familias, autoridades, comerciantes y jóvenes.