Finalmente, el intendente Claudio Rossi admitió que fue él quien ordenó sacar los perros de la vía pública y llevarlos al refugio municipal.

Sin entrar a analizar si es una buena o mala medida, hizo lo que tenía que haber hecho en un principio. Es decir, tomar decisiones y bancarse las consecuencias. Él sabe bien que no dejará a todos conformes.

Quienes primero reaccionaron fueron las entidades proteccionistas de animales con Amores Perros a la cabeza, que han sido muy duros con sus críticas al intendente. Para no hacer falsas interpretaciones copiamos los últimos comentarios de la entidad, como así también los cuestionamientos de otros vecinos.

Ya dio un primer paso, tomo una decisión. Lo que no debe hacer es trasladar responsabilidades a los vecinos que tienen perros. Tiene un problema y debe buscar la solución, así de simple y complejo, pero es su tarea, es quien ejerce la máxima autoridad del Estado en este momento y nadie lo obligo a presentarse a elecciones.

Así que bienvenido sea este acto de confesión, tal vez ahora se sienta bien con su conciencia y repita otros “sí, fui yo·, y quizás entre otras cosas no muy claras, se sepa quién fue el autor intelectual de los destrozos de la Escuela de Educación Técnica hace unos años, por ejemplo.

Y será Justicia.