Enriquecedor encuentro

El reconocido médico y docente Roberto Rosler brindó una charla-taller sobre autismo

Notable disertación.
Notable disertación.

Se desarrolló el pasado lunes 9 de septiembre desde las 13 a las 17 horas en el SUM de la Escuela Secundaria Nº 5 de nuestra ciudad.

Fue organizada en el marco de la semana de la pedagogía y las letras por el CIIE con la colaboración de la Jefatura de Inspección Distrital y el gobierno municipal.

Se desarrolló ante un auditorio absolutamente colmado y predispuesto a aprehender los conceptos que fue derramando de manera absolutamente clarificadora, apoyándose en un esquema hilvanado sobre su propia historia de vida con cada paso que iban dando en el tratamiento de su hijo más pequeño al cual le diagnosticaron autismo a sus 3 añitos.

Alex, así se llama el niño es hijo de su segunda administración como el mismo calificó a sus dos matrimonios y; de la primera administración es el padre de dos varones uno medico como él y otro docente como él.

En una charla previa con los medios de prensa nos contó que ejerció la medicina desde su graduación en 1976 hasta el 2005, donde comenzó a dedicarse en tiempo completo a la docencia, en particular a la capacitación para la atención de niños con autismo.

En su charla utilizó el humor, los juegos y numerosos ejemplos de la vida diaria para remarcar conceptos  y resaltar situaciones que debemos identificar y comprender para mejorar la calidad de vida de estos niños no sólo en su paso por la escuela, sino en todos los ámbitos.

Mientras iba dejando sus 10 consejos para contar con herramientas que podamos utilizar en la relación con el niño autista, fue marcando palabras y frases que deben articularse con los referidos consejos, como: tratar con atención, afecto y cariño – tener claro que la inclusión forma ciudadanos, no personas – la escuela debe adaptarse al niño – hacer uso de la transposición didáctica (adaptar los conocimientos a enseñar al ámbito donde se lo hace) – entender y aplicar la neurodiversidad (cerebros diferentes) para abandonar la palabra discapacidad, descubriendo en que son buenos y que les gusta hacer y, trabajar en ello.

Los presentes no fueron sólo meros espectadores, sino que el doctor Rosler les propuso varios ejercicios para que, interactuando en grupos de 5  a 6 personas pudieran experimentar en los hechos situaciones similares a las que sufren a diario estos niños.

Para ir cerrando, intentaremos reflejar sin pretensiones académicas los 10 consejos desarrollados por el doctor Rosler  con el objetivo, como el mismo reitera en varias oportunidades, de entenderlos y saber cómo abordar las diferentes situaciones de la vida diaria que ellos no pueden manejar.

Comienza pidiendo no etiquetar como autista al niño. Su autismo no lo define. Su autismo es sólo una parte de lo que es como persona.

Saber que sus sentidos no tienen filtros y por lo tanto son sensibles, sensorialmente hablando, debiendo enfrentarse a un medio ambiente hostil. Este se refleja principalmente en la percepción de todos los sonidos y en la cuestión de la ropa (sienten la ropa sobre su cuerpo todo el día). Y adoptan conductas de defensa que hay que entender desde estos conocimientos de hipersensibilidad sensorial.

Hay que diferenciar el “no puedo” del “no quiero”.  Hay que acercarse y captar su atención.

Estos niños interpretan literalmente lo que escuchan, por lo tanto hay que evitar los juegos de palabras, los sarcasmos, las metáforas.

Prestar atención a las formas de comunicarse, ya que en su mayoría lo hacen mediante un lenguaje corporal.

Tener en cuenta que son visualmente orientados, lo que impacta en las estrategias didácticas ya que hay que enseñar con imágenes. Ellos no memorizan palabras; piensan y se expresan mediante imágenes.

Hay que focalizarse sobre lo que pueden hacer; en sus fortalezas y no en sus debilidades.

Ayudarlos a relacionarse. Ellos no tienen herramientas para hacerlo. Lo que da más resultado es hablar claramente con sus compañeros y explicarles la situación y ellos se acercaran a generar vínculos sin ningún temor.

Identificar que hechos provocan rabietas y berrinches, evitando principalmente las sobrecargas sensoriales (recordemos  que sus sentidos no tienen filtros).

Y por último, el consejo más importante y que se debe aplicar con todos los niños:  AMARLOS INCONDICIONALMENTE.

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