Alrededor de las 5 de la mañana de este miércoles 1 de noviembre, estos trabajadores municipales, debieron redoblar los esfuerzos que realizan habitualmente para que la ciudad amanezca limpia.

Esto fue así por el descontrol en que colocamos a nuestros niños en esta fecha, donde concurren en una gran número a la Plaza San Martín, con la premisa de celebrar esta festividad y para eso utilizan todo tipo de elementos con los cuales ensuciarse, como espuma, huevos, agua, harina, incluso se arrojan gaseosas.

Todo eso hace que el estado en que queda el principal espacio público de la ciudad sea lamentable, y aquí comienza la tarea de estos vecinos trabajadores del municipio que como,  ya dijimos arrancan prácticamente de madrugada su tarea.

La suciedad generada en esta oportunidad, no solo alcanzó a la Plaza, sino también a las calles adyacentes.

Destaquemos que si bien esta celebración está arraigada en Estados Unidos y de allí viene, tiene su origen en Europa, más precisamente en los países con tradiciones celtas.

Aprovechemos estas celebraciones no solo para estimular a nuestros hijos a participar, sino también para que sean responsables y colaboren para generar la menor cantidad posible de residuos, como por ejemplo, no dejar en la vía publica los envases vacíos de los recipientes de la espuma o botellitas de agua y gaseosas.

Y fundamentalmente valoremos el trabajo de estos vecinos que todos los días realizan sus labores muy temprano, sin importar el clima, para que las calles estén limpias cuando comience el movimiento habitual de toda la ciudad.

En la persona de Zulema y sus compañeros, vaya el reconocimiento para todos estos trabajadores que, hacen brujerías de las buenas en beneficio de nuestra comunidad.