Plaza Moreno

Graves incidentes exponen nuestra decadencia como sociedad

Ataque en patota.
Ataque en patota.

Menores de 13 años en adelante han copado la Plaza Morenoe, provocando episodios que ponen en riesgo la salud y los bienes de los vecinos no sólo de este sector de la ciudad, sino de cualquier ciudadano que circule por el lugar, en particular en horarios nocturnos y, en especial los viernes, sábado y domingos.

Precisamente en la noche del sábado 27 de abril, cerca de la medianoche, hubo un suceso que tuvo como víctima al funcionario municipal Guillermo Lionetti, quien circulaba por el lugar cuando unos menores que bajaban corriendo de la plaza embistieron su auto.

Lógicamente, el conductor detuvo su marcha para auxiliarlos y grande fue su sorpresa cuando desde el centro de la plaza comenzaron a salir decenas de jóvenes en actitud notoriamente agresiva, en supuesta defensa de quienes lo chocaron.

Le rodearon su vehículo, rompiéndole los espejos, pateándole las puertas y rompiéndole vidrios, sin que pudiera salir del estupor que le provoco semejante reacción desproporcionada.

La escena surrealista se multiplicó cuando llegaron los patrulleros (recordemos que el lugar está a escasas dos cuadras de la comisaría), que fueron recibidos con una lluvia de piedras y botellazos.

Cuando los efectivos policiales se desplegaron para controlar el descontrol y procedieron a detener a uno de los vándalos, las agresiones se generalizaron, por lo cual los agentes debieron tomar la decisión de proteger la integridad física de las víctimas y de los vecinos que habían salido de sus viviendas por la proporción de los incidentes, situación que les brindo a estos sujetos la oportunidad de dispersarse en distintas direcciones escapando del accionar policial.

En esta oportunidad la víctima fue un funcionario municipal, por lo cual la trascendencia fue mayor, pero episodios de esta índole se suceden todos los fines de semana y la solución a nuestro entender no pasaría solamente por incrementar rondas policiales o penas severas, una vez establecidas por la justicia las responsabilidades del caso; sino por una contención de estos jóvenes por parte de su familia, que lamentable y evidentemente , como institución que constituía la base de nuestra sociedad, está desapareciendo.

¿Qué hacemos? Mientras nos preocupamos y ocupamos de las urgencias, la realidad va dictando sus condenas.

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