Incalificable

Quien nos acusara de ser un medio amarillista, tiene un sentido de la ironía muy perverso

Sin respeto por la vida.
Sin respeto por la vida.

Realmente el comentario que ha hecho esta persona, es tan desalmado, tan siniestro, tan cruel; que quita cualquier capacidad de realizar un análisis desapasionado, buscando algún sentido más profundo o un fin digno que justifique semejante perversión.

Ya que si pretendió ser irónico sobre la cuestión comentada, con esas palabras obtuvo el efecto totalmente contrario. Quizás el sienta que tiene una inteligencia tan superior a nosotros los seres humanos, que se puede dar el lujo de semejante aberración y seguir observándonos desde su pedestal de sabio que puede opinar impunemente.

Pues bien resulta que, en su vida terrenal se ha arrastrado tanto ante los poderes de turno para obtener míseras pautas publicitarias, que quizás ha extraviado los valores que utilizan las buenas personas en su comportamiento en sociedad.

Y en este tema puntual de los perros callejeros, justamente, todas las partes interesadas pueden discutir distintas posturas para intentar su solución, y no solo distintas, sino hasta tan antagónicas que nunca coincidirán, pero todos tendrán algo absolutamente claro: el respeto por la vida más allá de todo.

Seguramente el día que sepa apreciar las cualidades del color amarillo, se dará cuenta que es una persona común y corriente como todas las que peleamos la vida día a día sin sentirnos superiores a nadie.

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