Un nuevo robo ocurrió en nuestra ciudad. Esta vez, en la intersección de las calles Paso y Saavedra. 

Este hecho constituye el más claro ejemplo de la falta de planificación en materia de seguridad.

Justamente Paso es el corredor habitual que utilizan los jóvenes que se retiran de la confitería ubicada en Tormey,  Helguera y Paso, para llegar caminando hasta Alem donde funciona un tradicional kiosco que está abierto las 24 horas y es un punto de reunión luego de la salida del boliche.

Es decir que debiera ser objeto de patrullaje y hasta puestos fijos en todo su recorrido. Son solo siete cuadras. Esto resulta obvio y evidente para todos los que conocen los movimientos de la noche en la ciudad.  Núñez  y el comisario Luján se acuestan muy temprano. Para ellos la noche no existe y la vergüenza tampoco.

La víctima, cuyo nombre es Agustín, radicó la denuncia policial. Se domicilia precisamente en el edificio de Paso y Alem, por lo cual estaba camino a su casa que se ubica frente a la Comisaría.  Le robaron el teléfono celular y algo de dinero que llevaba encima. Según su testimonio fueron dos hombres y una mujer que se movilizaban en una moto.

Así, con cada ilícito que se conoce, queda expuesta la ineficacia manifiesta de las autoridades, que ya no pueden esgrimir más excusas,  puesto que disponen de personal  y movilidad suficientes para planificar seriamente las tareas preventivas.  Pero les falta sensatez para reconocer los errores e inteligencia para resolverlos, y eso no se consigue con fondos de Provincia o Nación.