Otro hecho de inseguridad se vivió durante esta semana cuando delincuentes ingresaron a una vivienda en la calle 9 de Julio para robar mientras sus ocupantes dormían. El hecho se registró a la madrugada y los malhechores se alzaron con un botón compuesto de un televisor plasma, un teléfono celular y otros objetos de valor sentimental.
Sigue acrecentándose la cantidad de hechos en nuestra ciudad, pero las autoridades insisten en que no estamos frente a una ola de inseguridad y esconden las estadísticas. El secretario de Seguridad del Municipio, el inefable abogado penalista Miguel Núñez, niega que esto sea así. Basta con preguntarles a los vecinos para afirmar que estamos más inseguros con sus políticas.
Primer error de alguien que pretende ser estadista: la realidad no se niega porque después se vuelve grande y te devora, con estadísticas y todo. La Seguridad es un estado al que la comunidad toda pretende llegar, o al menos que la inseguridad sea mínima, tolerable por los rateros de siempre. Pero cuando hay hechos calificados, entraderas con armas, personas maniatadas de pies y manos, la cosa cambia, ya no es una sensación. Es más, ante este hecho, ya no se puede ni dormir tranquilo.
Habrá que esperar que haya manifestaciones masivas de la gente para que las autoridades tomen cartas en el asunto. Lo que no habrá que esperar es que haya algún homicidio de por medio para comenzar a actuar y a gestionar Seguridad en serio. Cambiando la conducción del Foro de Seguridad no alcanza para nada, es desviar el foco de la atención.
