La Provincia

Audacias y riesgos

El gobernador Scioli, el intendente de Bahía Blanca, Cristian Breitenstein, y otros jefes comunales del sur provincial. El oficialismo quiere que todos jueguen el 28 de junio.
El gobernador Scioli, el intendente de Bahía Blanca, Cristian Breitenstein, y otros jefes comunales del sur provincial. El oficialismo quiere que todos jueguen el 28 de junio.

LA PLATA, Abril 12.-Daniel Scioli ya lo decidió: está dispuesto a acompañar a Néstor Kirchner como candidato a diputado nacional en los comicios del 28 de junio. No se trata, con todo, de una cuestión definitiva. Dependerá del escenario electoral que se registre dentro de un mes, cuando venza el plazo de presentación de listas, sobre el que la cúpula de la conducción kirchnerista adoptará la resolución final. El centenar de intendentes peronistas de la Provincia, "invitados" a postularse también a cargos legislativos -a concejales-, en cambio, todavía medita si se sumará o no a la jugada, y varios ya anunciaron directamente su negativa.

 

Así, el oficialismo puso esta semana en marcha en la Provincia la estrategia que, cuando eran todavía una alternativa bajo análisis, se fue anticipando en esta columna en las últimas ediciones: que protagonicen en esta elección, como candidatos, todos sus dirigentes de peso y sus referentes territoriales, desde el Gobernador a los intendentes.

 

CANDIDATURAS FICTICIAS

 

La jugada contiene audacias varias. La fundamental, sin duda, pasa por el dato objetivo y obvio de que, teniendo aún por delante dos años y medio de mandato como gobernantes, Scioli y los intendentes serán candidatos a cargos legislativos que no piensan ocupar. Serán candidatos ficticios.

 

En el entorno de Néstor Kirchner se dicen convencidos de que la gente entenderá, sin más, que esas postulaciones son "gestos fuertes" de los gobernantes destinados a mostrarle a la ciudadanía que necesitan de su adhesión y voto para seguir administrando sus distritos sin problemas de "gobernabilidad".

 

Al Gobernador, en cambio, no le parece que la comprensión de esos "gestos" resulte automática ni fácil. Entiende que lo espera un arduo trabajo de explicación sobre la razón por la que él sería candidato. En sus palabras, deberá generar conciencia de "la capital importancia" que tiene para su gestión que su partido obtenga los votos suficientes como para mantener la mayoría en la Legislatura: sin esa mayoría, "no habrá -sostiene- gobernabilidad" en la Provincia. Y para reflejar esa "importancia", él sería candidato a un cargo que no ocupará. Está convencido de que logrará transmitir esta "idea", pero asume que no será sencillo.

 

EL PESO DE LOS NUMEROS

 

Es que resulta ya un dato de la realidad, admitido en reserva por las voces calificadas de la Casa Rosada y de Olivos, que aunque "las listas de Kirchner" ganen por mayor margen con el aporte extra de votos del Gobernador y de los jefes comunales, difícilmente vayan a triunfar por una diferencia suficiente como para mantener la mayoría en la Cámara de Diputados de la Nación y en la Legislatura bonaerense. Esta estrategia tuvo su origen en las cumbres del kirchnerismo, entonces, en el objetivo central de garantizar el triunfo del ex Presidente, cuando las encuestas empezaron a mostrar una situación de virtual "paridad" con su perseguidor, Francisco De Narváez, y dejaban en evidencia, también, la buena imagen del Gobernador y de buena parte de los intendentes.

 

En la vida y en la política, el nivel de audacia suele guardar proporción con el nivel de riesgos. Y en este caso los analistas advierten, con relación a la propia suerte de los protagonistas, sobre la probabilidad de que los electores que, por caso, sufragaron por Scioli y por los intendentes peronistas hace menos de dos años, no se sientan inclinados a votar por ellos como candidatos a bancas que no ocuparán. Y sostienen que también está abierta la posibilidad de que la jugada "moleste" y tenga efectos contraproducentes.

 

Pero como la estrategia implica que asuman candidaturas legislativas quienes tienen responsabilidades ejecutivas hasta el 2011, la audacia de la movida encierra también riesgos institucionales. ¿Qué pasaría en la noche del 28 de junio si el Gobernador y decenas de intendentes perdieran, aunque sus postulaciones fueran ficticias? ¿Sería políticamente sostenible que continuaran en sus cargos?

 

En el oficialismo no responden a esa pregunta, porque descartan un escenario de derrota. Lo creen imposible. Es más, algunos pronostican que la lista Kirchner-Scioli obtendrá el 40% de los votos y que la CC-UCR y el PJ disidente se repartirán un 25% cada uno. Pero los analistas advierten que, en toda elección, la posibilidad de la derrota está abierta y debería ser considerada por los dirigentes.

 

PREGUNTA CLAVE

 

Hasta ahora, la única razón por la que el oficialismo no llevaría finalmente a cabo esta estrategia surgiría de las encuestas de las próximas semanas. Y ocurriría si esos sondeos mostrasen un nítido y extendido rechazo a esta jugada.

 

Distinta es la postura de los intendentes peronistas. Muchos no disimulan su malestar. Para empezar, la enorme mayoría de ellos se enteró de que la estrategia estaba en marcha el miércoles, cuando un reducido grupo de jefes comunales les dijo a los periodistas que habían "definido" ese día, durante una reunión con Scioli, que los intendentes serán candidatos a concejales. Cuando voceros de Kirchner dicen que no se les pidió a los intendentes que asuman esas postulaciones, es cierto. Y lo que les molesta es, justamente, que nadie habló con ellos pero tienen claro que eso es lo que se espera de ellos.

 

Y para seguir, unos cuantos intendentes están convencidos de que el 28 de junio los bonaerenses votarán por Kirchner o contra Kirchner. Se preguntan, entonces, de qué podría servir que ellos figuren en las boletas postulándose a cargos que no piensan ejercer.(Fuente: EL DIA)

Comentarios