Este fin de semana empezaron las reuniones entre el radicalismo de Rossi y sus socios del PRO, a los fines de la confección de la lista de candidatos a concejales para competir en las PASO de agosto.

Y el PRO sin previo aviso, lanzo el primer proyectil de mortero: quiere encabezar la lista, y no están dispuestos a negociar este tema.

Imagínense la reacción del mandamás, una vez que se sacudió el polvo de los escombros y sin contar si había heridos, se ató la vincha, y estilo ‘Duro de Matar’ se mandó una contraofensiva con un misil que esquivó todo lo que le tiraron, y dio de lleno en el corazón de los macristas rojenses, o  mejor dicho en el bolsillo.

Dijo “Claudioman”, con el cuchillo entre los dientes y el pecho cruzado por las tiras de proyectiles de metralla: “Quieren el primer lugar, se los doy, solo ese lugar, el resto para mis candidatos”; y cuando parecía que ahí se firmaba la Declaración de Potsdam y terminaba la Segunda Mundial. Este luchador de los caminos viales, concreto su estrategia, digna de los más audaces líderes de la historia mundial. Y con una ráfaga de balas al aire, intentó sacarse de encima a unos cuantos inoperantes. 

Dijo: “Y además se van todos los funcionarios y empleados municipales, que son simpatizantes del PRO.  Si al final nos aportaron dos votos con 50”.

Desde ese momento, Della Savia, Vivero, Castro, Quintana, y algunos pocos más, han quedado con la boca abierta y sin habla.

Cuando el tratamiento médico los recupere, y con la cuenta hecha de los sueldos que dejarían de cobrar, se van a arrodillar frente a Rossi, le pedirán perdón por su osadía y le concederán la orden máxima del macrismo: “Comandante Cuentas Offshore”.