Corralón Municipal

El inspector general Tersilio Cattáneo cree que regentea un burdel

Este hombre ejerce su poder de una manera muy peculiar. Si quien trata con él está absolutamente recomendado por el intendente, deja incluso que se le burlen sin aplicar ninguna sanción.

Y luego se desquita con quien trabaja como corresponde, pero que ante el menor estornudo le aplica un correctivo, le saca horas extras con cualquier excusa o si maneja un camión lo baja y por lo tanto pierde de cobrar un porcentaje en muchos casos de vital importancia para el mantenimiento de su familia.

El episodio que rebasó el vaso, ocurrió este jueves a la tarde en Barrio Progreso, cuando dos empleados identificados como Luis Di Pardo y su hijo, este último recientemente ingresado al Municipio, estaban trabajando con uno de los camiones más nuevos de la plantilla y en una mala maniobra le rompieron un paragolpes, y la completaron haciendo abandono de la tarea que estaban llevando a cabo.

A raíz de esto, Cattáneo pidió explicaciones, y como única respuesta recibió gran cantidad de insultos e intentos de agresión que fueron neutralizados por otros empleados. Y mientras los retiraban, siguieron amenazándolo y vociferando a los cuatro vientos que ellos estaban bancados por Rossi.

Ante esto, el resto de los empleados esperaban una sanción ejemplar, pero hasta el momento todo sigue como si no hubiera pasado nada. Es más, Cattáneo en una actitud cobarde sancionó a un maquinista porque se le escapó un leve insulto a un subalterno suyo de apellido Martínez, y lo sancionó bajándolo de la máquina con una suspensión.

Mientras, los Di Pardo se siguen manejando como si Cattáneo no existiera.

¿Y existe? Se ve que sí, porque para retirar el sueldo del cajero automático aparece.

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