CAPITAL FEDERAL, Marzo 20.-(Por Mario Wainfeld) La reacción de Moyano, las razones previas. Un exhorto desmañado, flojo de papeles. Tortugas que escaparon.
Los vaivenes de la coyuntura pasteurizan al más pintado. Se pasa sin respiro del frío al calor y viceversa. O, como en una montaña rusa, se tiene la impresión de bajar desde lo más alto, a velocidad incontenible. El oficialismo tenía una semana para gozar (aunque, como se sugerirá en toda esta columna, no para relajarse) desde la impactante victoria en Catamarca. El jueves se le ensombreció el horizonte, lanzado que fue un paro de transportes con movilización a Plaza de Mayo en una semana reservada a la memoria y los feriados. Recién en la tardecita del viernes, con una puesta en escena que prodigó suspenso hasta las frases de cierre, Hugo Moyano anunció la “suspensión” de la huelga, ahorrando un choque con el gobierno nacional, con enormes repercusiones. El alivio se palpa desde entonces, aunque los errores propios, las suspicacias intestinas y el relativo éxito de una operación mediática deberían inducir a la reflexión en las filas del kirchnerismo.
El éxito del Frente para
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No era ése el único punto flojo de la rogatoria. Su redacción es impropia, contiene errores de grafía en nombres propios, invoca información periodística que tampoco anexa. Las teorías para explicar tamañas desprolijidades se bifurcan. Se sospecha una maniobra escalonada entre políticos argentinos, el multimedios Clarín y la fiscalía suiza. Otros matizan agregando que en el país de Heidi los fiscales actúan conforme al sistema acusatorio, al modo de sus colegas de Estados Unidos, retratados en series como CSI o Law and Order. Son sensacionalistas, agitadores mediáticos, bartolean denuncias a la espera de pescar algo a río revuelto. En todo caso, el material es pobre, el pedido carece de rigor técnico y adolece de defectos de terminación.
La corrección exigida es sencilla, Suiza no tiene por qué demorarse mucho. Cuando llegue el exhorto ampliatorio deberá sustanciarse. Dada su extrema inconsistencia la respuesta (todo lo indica) no valdrá el escándalo de estos días.
En el Palacio San Martín se habla de una distracción. Se escapó una tortuga. Suele acontecer, sobre todo en un terreno tan minado e incompetente como es “
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CIJ lo sabe, cante: La divulgación del Centro de Información Judicial (CIJ) creado y regenteado por
En este caso, el CIJ divulgó la existencia del pedido de informes con un título amarillista, un texto breve plagado de inexactitudes y de potenciales. Las alusiones a Moyano descollaban como un quiosco de gaseosas en un desierto. No era una parca, técnica, comunicación forense. Era un bocado servido para los medios opositores, una especie de pase gol. En el cuarto piso del “Palacio de Justicia”, donde mora
Integrantes del entorno íntimo del presidente del tribunal Ricardo Lorenzetti aseguran que éste supervisó la nota y la aprobó, ya que no le encontró aristas chocantes. Si fue así, hubo otra tortuga prófuga. Seguramente Lorenzetti no obró de mala fe, pero le costará persuadir a los dirigentes de
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Reflejo repetido: Moyano y sus compañeros montaron en cólera e incurrieron en un reflejo cuestionable, el de responder con acciones directas a pesquisas judiciales. Lo habían hecho en solidaridad con su archirrival Gerónimo Venegas, era cantado que lo hicieran en causa propia. En ambos casos es una demasía. No discute el cronista el derecho de huelga sino la pertinencia política de una movilización que (allende la retórica que señala otros destinatarios) hubiera perjudicado, antes que a nadie, al gobierno nacional.
En definitiva, Moyano suspendió la huelga y todos se distendieron. En promedio, quedaron peor que al principio, de todas maneras. Afloraron resquemores reales, competencias que seguirán en pie y varios errores no forzados. Recalentaron la grata sensación térmica que atravesaba el oficialismo desde el lunes.
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El rival también juega: Es curioso, importantes jugadores de
El oficialismo se encontró envuelto en una disputa interna riesgosa sin que mediara ninguna jugada de la oposición política. Fueron sus mayores antagonistas las corporaciones mediáticas, las que operaron con éxito relativo. Faltan siete meses para las presidenciales, no hace falta ser adivino para augurar centenares de operaciones. Los dirigentes sindicales y políticos ligados al FpV son aliados por buenas razones. El sindicalismo ha sido un pilar de la gobernabilidad de estos años, los trabajadores (muy especialmente los formalizados) han mejorado mucho sus derechos, sus ingresos y su poder relativo. Un resultado electoral adverso al kirchnerismo sin duda activaría la proverbial tendencia procíclica de la dirigencia cegetista, en promedio menos combativa que Moyano.
Las diferencias existen, los proyectos propios también, la demanda por espacios en la listas siempre supera a la oferta. Así y todo, la racionalidad de ambos sectores incentiva evitar conflictos superfluos, que serruchan el piso común.
El saldo es provisorio, la historia continuará. Quedan resabios y reclamos cruzados. La autoridad de
La semana fungió de maqueta del cuadro general: el oficialismo pisa fuerte en el terreno electoral pero debe ser más hábil ante las movidas adversarias, cuya insistencia (y hasta su eventual mala fe) están en el inventario y, por ende, deberían calibrarse antes de reaccionar.(Fuente: PAGINA 12)