Indignante

La agente psiquiátrica Yamila Palacios, quien prometió una bala para el director de este medio, estuvo en la represión

¿De qué se ríe Yamila Palacios?
¿De qué se ríe Yamila Palacios?

¿Qué podemos escribir o decir de la agente policial de Rojas, Yamila Palacios, que ya no se haya comentado en los ámbitos del pueblo que vio nacer a Ernesto Sábato?

De todas maneras, esta persona que no está en sus cabales, que debería reposar de por vida en una clínica para enfermos mentales, participó el lunes 8 de febrero, el día de la represión contra menores que indignados concurrieron a la comisaría local a protestar contra la inacción policial por la muerte de Ursula Bahillo, que pudo haberse evitado.

Fiel a su conducta de abuso de poder contra gente indefensa, ésta enferma psiquiátrica, estuvo golpeando a menores con una cachiporra, mientras sus compañeros tiraban balas de goma a mansalva y casi le hacen perder el ojo a una chica.

Desafectada por varias denuncias en Asuntos Internos y con problemas judiciales en su haber, Yamila Palacios, denunciada por golpes a menores de edad y vejaciones a sus propias compañeras de trabajo, a las que trataba de putas o vacas lecheras a las embarazadas, en lugar de ser echada de la policía fue enviada a la DDI de Pergamino.

Lo mismo que al asesino de Ursula, que cuando se conocieron sus múltiples atropellos policiales y violencia de género contra sus ex parejas, fue premiado con un traslado a la ciudad de Nueve de Julio. Ya conocemos lo que sucedió después.

Sin embargo, desde Pergamino, la Palacios “favorita” de Miguel Núñez, hasta  hace poco secretario de Seguridad, sigue manejando junto a su amante los kioscos de venta de droga en Rojas.

Recordemos que esta persona que no está en sus cabales, violenta y agresiva le puso el arma en la cabeza a un menor y varias veces estuvo con carpeta psiquiátrica. O sea, una asesina en potencia.

Pero Pilo Núñez, su queridito, ante los excesos siempre la protegió de las múltiples denuncias de las que ésta enferma psiquiátrica fue triste protagonista, con la complicidad de la Fiscalía de Junín.

Además de fiestas de alcohol, drogas y sexo con lo que venga (no podemos ser más claros), hay que recordar que Palacios cuenta con ingresos a establecimientos de salud psiquiátricos varias veces. ¿Esta es la gente que nos defiende de los delincuentes?

En Rojas, protagonizó numerosos operativos de allanamientos que han dejado muy mal parada a la fuerza por sus groseros errores, a los que le agrega brutalidad e impunidad, incluso llegando a plantar pruebas falsas para justificar su impericia.

Recordemos que el caso por el cual su figura y su accionar policial trascendió en la opinión pública, sucedió cuando detuvo a menores acusándolos de robar cubiertas de una gomería que el propio dueño del comercio, declaró haber tirado como residuos. Más claro imposible.

La despreciable agente ha apostado todas sus fichas a la relación que mantendría con la máxima autoridad política en Rojas en materia de seguridad en la ciudad, a lo que agrega como forma de extorsión a sus propios colegas, con la velada amenaza de arrastrarlos en su caída.

Esto es, por el conocimiento que tiene de los manejos de la cúpula policial en el distrito con diversos negociados con la actividad delictiva a la que supuestamente deben combatir.

Entre ellos, se cuenta una investigación que vendría haciendo asuntos internos por el descontrol en vales de combustibles que supervisaban y aprobaban el exsecretario de Seguridad, Núñez y el otrora jefe policial Gómez.

Palacios conocía con lujo de detalles estas maniobras, y la llegada de los funcionarios de Asuntos Internos a Rojas, hizo que cambiaran el lugar donde utilizaban los vales; antes lo hacían en la estación Shell y luego en YPF. Lo que no cambiaron son los bolsillos adonde iban a parar los billetes de esos vales.

Ante su entorno íntimo, la Palacios asegura que una bala de su arma está guardada para el director de este portal, que es oriundo de Rojas y orgulloso de ser rojense de pura cepa.

Quizá el tiro te salga por la culata, Palacios. Ya pagó Matías Martínez, que culminó con la vida de una personita inocente. Ahora faltás vos. Es cuestión de tiempo.

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