Angustia, miedo y amenazas

Palabra de amiga: "es imposible que no se me caiga una lágrima porque Úrsula tendría que estar acá"

Nerina Moyano.
Nerina Moyano.

En el marco de la conmoción nacional por el femicidio de Úrsula Bahillo en Rojas, el pueblo hasta el momento pasivo se levantó y tomó las calles al grito de “justicia”.

Jóvenes y adultos, hombres y mujeres se congregaron frente a las puertas de la Comisaría -esa misma donde Úrsula había pedido ayuda en muchas oportunidades- para exigir respuestas. En ese contexto recibieron represión, gas lacrimógeno y balas de goma mediante.

Nerina Moyano fue una de las caras más visibles de ese episodio que puso al caso en los medios nacionales y en la agenda permanente de la política.

Nerina -en nombre de tantas jóvenes- se cansó de callar y “desafió” a la estructura del poder de la Policía que se empeñó en cubrir al por entonces “presunto” femicida por ser parte de la fuerza.

Ese grito de justicia vino acompañado de un balazo de goma que impactó en la cara de la joven y ese rostro circuló por todos los medios como símbolo de la impunidad.

Pasaron algunos días y Nerina accedió a hablar con este medio. La idea era una llamada telefónica que, pese a miles de intentos extrañamente no se pudo concretar.

Pese a las dificultades la voz de Nerina se escuchó al aire de la 88.5 Cadena Radial NOVA, con un mensaje emotivo y estremecedor.

“Me afectó muchísimo, todo esto se podía haber evitado y ya hace una semana y un día qué pasó todo esto. Todavía no lo puedo creer, me duele un montón lo que le hicieron a Úrsula”, comenzó relatando la joven sobre cómo vivió y cómo vive lo acontecido.

En referencia a su situación de salud, tras recibir un impacto en la cara, Nerina detalló: “del ojo estoy bien, mejorando. Pero mentalmente estoy muy mal, estoy asustada porque me llegó una captura diciendo que a mí me iban a hacer desaparecer”.

Nerina no sale de su casa, tiene el botón antipánico (ese que para Úrsula llegó el mismo día que la asesinaron) y un rondín que se acerca al domicilio tres o cuatro veces por día.

“Todo esto que está pasando es muy triste, afectó a un montón de chicos y chicas, nunca nadie se imaginó que iba a pasar esto en mi pueblo. Que esto sirva para que la justicia actúe como tiene que ser, que sea rápido y se termine”, exclamó.

Y completó: “hicieron las cosas mal mucho tiempo, siempre que hablo de esto es imposible que no se me caiga una lágrima porque Úrsula tendría que estar acá”.

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