Mientras cubría un accidente de tránsito

¿Y la libertad de prensa? En Junín, un funcionario del Servicio Penitenciario agredió a un periodista

Juan José Lovera, agresor de Claudio Anfusso.
Juan José Lovera, agresor de Claudio Anfusso.

El colega Claudio Anfusso, del medio Junin 24 fue agredido en esa localidad bonaerense cuando cubría un accidente de tránsito.

Según informó Semanario de Junín, Anfusso filmaba el panorama, cuando de un auto color blanco que estaba estacionado en el lugar, se bajó un sujeto y comenzó a agredirlo en forma verbal, porque estaba tomando con el celular a su vehículo y a él. En forma correcta, Anfusso trataba de explicarle que es algo totalmente permitido en la vía pública, cuando el hombre extendió su mano y le arrebató el celular.

Lo más repudiable fue conocer quién estuvo detrás de la agresión al colega: se trata de Juan José Lovera, conocido como “Tato”, quien ocupó distintos cargos de jefatura en el Servicio Penitenciario provincial. Hoy espera su jubilación, mientras protagoniza estos episodios violentos.

Por si fuera poco, los efectivos policiales que patrullaban la zona por el siniestro, no sólo permitieron que Lovera se apropiara de un elemento personal y de trabajo de Anfusso, sino que además le solicitaron los datos solamente a él, que fue víctima del hurto sucedido delante de sus propias narices, una persona reconocida porque en forma constante asiste a accidentes de tránsito. 

Semanario de Junín cuenta además que a Lovera, tal vez por portación de facha, no le llamaron la atención, no le dijeron que se calmara, no lo ‘invitaron’ a restituir el teléfono a su dueño y tras anotar los datos del fotógrafo, se quedaron ahí, mirando para otro lado. Además, el agresor pedía a gritos la presencia de un fiscal. ¿Justo estaría de turno la UFIJ donde trabaja su esposa?

Una vez que Claudio Anfusso, acompañado por Fernando Bongiorno, se trasladaron para hacer una exposición sobre lo acontecido a la Comisaría Primera. Mientras esperaban sentados, este jefe del Servicio Penitenciario ingresó con los mismos ‘nervios’ que había tenido en la calle, siguió ‘chapeando’ con su condición de uniformado, se coló en la atención policial a pesar que había llegado luego y tras cartón, recibió el apoyo solidario de su esposa. Entre ambos, exigían que el video fuera retirado de circulación, ante –otra vez- la mirada pasiva y cobarde de efectivos policiales.

Solidaridad

Este hecho provocó la rápida reacción de colegas y vecinos, quienes de inmediato se solidarizaron con Anfusso y en su nombre, comenzaron a dejar en claro que la libertad de prensa no se negocia.

Por esta situación, toda la prensa local está organizándose para llevar adelante un encuentro en forma urgente con jefes policiales locales y funcionarios de la Secretaría de Seguridad del municipio, responsables y coordinadores de la labor policial.

La idea no sólo es plantear este caso de abuso de autoridad, además de haberse dado en plena vía pública, sino también de rever la conducta de los efectivos policiales. Esos con los que los trabajadores de prensa se cruzan a diario y deben brindar protección.

No se trata sólo de reaccionar por una cuestión de solidaridad o espíritu de cuerpo. Hoy, la labor periodística es la única oportunidad que tiene la gente de estar informada, el último bastión de una democracia bastardeada, que no puede quedar a merced de intereses o preferencias de gobiernos de turno o personas con uniforme.

Mientras, el caso aguarda señales de parte de todo el amplio espectro político local, a esta hora todavía sin reacción salvo algún caso particular vía redes sociales. No puede quedar en la impunidad.

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