Por Luis Miguel Caso

Quizás no se recuerde. El doctor Ronconi renunció como director del Hospital a los diez días de haber asumido en diciembre de 2015. Entonces, al tener un secretario de Salud improductivo, el área quedó sin conducción hasta que fue reemplazado por cuatro directores foráneos que también renunciaron, con excepción del doctor Pastorino, actual director del Hospital. Este último, solamente está presente unas horas por la mañana, el resto del día, tarde, noche, fines de semana y feriados está ausente. Por esa falta de presencia se nombró al doctor Andreoli. Renunció hace ya bastante.

En general, desde el inicio de la gestión Rossi, los médicos, enfermeros, personal de limpieza, administrativos, etcétera, fueron quienes se pusieron al hombro el sistema de salud y la pandemia, guiados por su responsabilidad y vocación de servicio y a quienes los rojenses debemos estar agradecidos por siempre.

Obviamente, la situación de emergencia sanitaria, más la renuncia de la doctora Analía Guilera al comité de crisis y la exigencia de los médicos de contar con un funcionario permanente en Rojas, con capacidad para tomar decisiones y escuchar sus reclamos, llevaron a que la gestión Rossi/Ford nombrara al doctor Palmieri como subdirector del Hospital en reemplazo de Andreoli.

Un funcionario más, un sueldo más, que sólo es necesario porque el secretario de Salud y el director del Hospital, que le cuestan al municipio 400 mil pesos por mes (5,2 millones de pesos al año), no cumplen debidamente su función.

Continúan en sus cargos solamente porque para la gestión Rossi/Ford lo más importante es seguir haciendo contratos millonarios de alquiler de maquinarias, conseguir la diputación de Rossi y que Ford sea intendente. La Salud, Seguridad, etcétera, para esta gestión son temas menores.

Rojas necesita funcionarios con formación y comprometidos con su cargo.