Este caso es tal vez, más incomprensible que el de la Plaza España. Atento que, aquí los desmanes ocurren en las mismas narices de las autoridades policiales.
En la esquina de Alem y Paso, las corridas, gritos, aceleradas de autos y motos, bocinazos, música de los vehículos, son continuos, ya que el kiosco ubicado en esa intersección hace ya unos meses que está abierto al público toda la madrugada.
Es tan insoportable la situación, que los habitantes del edificio de departamentos de Alem 650 están por juntar firmas y pedir que el horario de atención sea hasta las 12 de la noche. Y eso que la mayoría son habituales clientes del lugar.
A todo esto, esa madrugada se agregó la fiestita que se realizó en la otra esquina de Paso y Alvear, domicilio de la familia Mogues. Basta decir que la música se escuchaba desde el Bv. Larrea, para que se tome dimensión de lo que tienen que soportar sus vecinos más cercanos. Y lo más patético es que entre estos se encuentra la propia policía.
Y ni hablar del área de Inspección General de la Municipalidad. Parece que ya no realizan ninguna tarea en horario nocturno, y si lo hacen es para estar atentos a lo que hace alguien que tenga apellido sospechoso (no es discriminación, utilizo esto para graficar el hecho) y no que se llame Mogues, en este caso.
Es de esperar que cuando el doctor Miguel ‘quiero ser Lorenzetti’ Núñez, ya tenga su despacho instalado en el barrio, estas cosas no ocurran más…Dios dirá, es lo único que queda para los vecinos, REZAR.