Hace unos meses, este empleado municipal, que no se sabe a ciencia cierta qué tarea y en qué área la realiza, fue licenciado, y las causas habrían sido algunas compras cuya facturación no estaba clara.

Lo que sí estaba claro es que tenía la autorización del Municipio para realizar compras en los corralones de materiales, y se habría excedido en esa confianza recibida. Por lo cual, como en esta gestión por inútil y ladrón no se despide a nadie, se le otorgó licencia.

Días atrás culminó su licencia, y le renovaron la confianza para que vuelva a comprar en nombre del Municipio. Esto trascendió porque algunos comerciantes tomaron la precaución de consultar a las autoridades de compra y solicitarle que lo envíen con la correspondiente orden.

Como el lector recordara, este empleado es la pareja de Analia Revora, docente jubilada que asesora al Municipio con un contrato de 45 mil pesos, cuya hija es la jefa de la Oficina de Licencia de Conducir y su yerno cumple tareas en la Secretaría de Hacienda. Es decir una familia que dijo CAMBIEMOS nuestros ingresos, por lo menos por cuatro años.

En fin, otro punto oscuro en la gestión actual. Esperemos los nuevos focos leds y ver si se aclara algo.